Provenientes de las frías aguas del Atlántico norte, estas abundantes colas de langosta tienen una carne firme y dulce que necesita poco más que un plato de mantequilla derretida para complementar. Descongele estas colas con cáscara en el refrigerador o en un baño de agua fría, luego hierva, ase a la parrilla o al vapor.
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